Hora Santa
jueves 16 de enero de 2025
1. EXPOSICIÓN CON EL SANTÍSIMO:
Se inicia con la exposición del Santísimo; la asamblea se arrodilla
y se entonan cantos eucarísticos, te sugerimos el siguiente:
2. CANTO:
Bendito, Bendito, Bendito sea Dios
Sacerdote: En los cielos y en la tierra
sea por siempre alabado.
Pueblo: El corazón amoroso de Jesús sacramentado.
Padre Nuestro, Ave María y gloria al Padre...
3. MONICIÓN:
Señor Jesucristo, en este jueves nos ponemos en tu presencia para adorarte, para glorificarte, para darte gracias, porque tú te manifiestas en medio de nosotros, te imploramos por todas las necesidades que cada uno de los que estamos aquí hemos venido, queremos escuchar tu Palabra para que resuene en nuestro interior y seamos capaces de anunciarte, escucha nuestra súplicas.
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4. CANTO:
Venimos a adorar.
TEXTO BÍBLICO:
Del Evangelio según San Marcos:
Mc 1, 40-45
En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: “Si tú quieres,
puedes curarme”
. Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí quiero: sana!”
. Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: “No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés”
Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor.
R.: Gloria a ti Señor Jesús.
SILENCIO MEDITATIVO:
Música instrumental. Pista 4 Disco 2
7. REFLEXIÓN DEL DÍA:
Queridos hermanos, el día de hoy estamos leyendo el Evangelio de san Marcos y vemos un pasaje especialmente hermoso lleno de misericordia y amor, vemos en el texto como se le acerca a Jesús un leproso, un leproso, un enfermo que busca a Cristo busca la salud busca La Paz se le acerca y es interesante como le dice, si tú quieres, puedes curarme.
Será que Cristo quiere curarnos de nuestras enfermedades, no solamente corporales sino espirituales señor si tú quieres puedes curarme aquí hay que entender varias cosas.
Primero, el leproso sabe y está seguro de que Cristo puede curarlo pero también está sujeto a su voluntad señor si tú quieres me puedes curar.
De repente en la vida hay sufrimientos muy concretos que nos causan pesar dolor que nos quitan La Paz y en la oración es fácil decirle al Señor: cúrame, te necesito, necesito de ti pero a veces es difícil decir Señor si tú quieres puedes curarme, que se haga tu voluntad y no la mía me abandono a ti si quieres que cargue una enfermedad una dolencia o un problema un pesar en mi alma para mi salvación lo entiendo y lo asumo, qué difícil, qué difícil asumir un riesgo así que difícil asumir la voluntad de Dios pero él, el leproso lo asume dice que sea tu voluntad y por supuesto que esto contesta sí quiero queda limpio sana, abandonarse en la voluntad de Dios es abandonarse en la voluntad del amor, abandonarse en la voluntad de Dios es abandonarse a la voluntad de aquel que más te conoce que más te ama la invitación es hoy querido hermano abandonarse en la voluntad de Dios ponte en sus manos tus limitaciones tus penas, tus enfermedades tus dolores tus problemas tus limitaciones. Señor que se haga tu voluntad, aquí estoy ánimo que este día sea dedicado a poner en las manos de Cristo todo aquello que pes.
Que el señor te bendiga y que pases excelente día.
REFLEXIÓN EN AUDIO
En la voz del Diác. Edwin Javier López Martínez, Coordinador Diocesano de la Pastoral Vocacional en la Diócesis de Tula, Hgo.
12. CANTO:
La Lepra del Pecado
8. MOTIVACIÓN PARA ORAR:
Este es el punto central de la oración:
Se invita a algunos miembros de la Asamblea o personas reunidas a expresarse en oración espontánea, ya sea para alabar, dar gracias, pedir perdón, este es un espacio para el encuentro personal con Jesús en la Eucaristía. Se invita a que pasen al frente al pie de Jesús Eucaristía.
9. ¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!
Como los discípulos del Evangelio, te imploramos, Señor Jesús:
¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!
TODOS: ¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!
- Tú, divino Caminante, experto de nuestras caminos y conocedor de nuestro corazón, no nos dejes prisioneros de las sombras de la noche.
TODOS: ¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!
- Ampáranos en el cansancio, perdona nuestros pecados, orienta nuestros pasos por la vía del bien.
TODOS: ¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!
- Bendice a los niños, a los jóvenes, a los ancianos, a las familias y particularmente a los enfermos. Bendice a los sacerdotes y a las personas consagradas. Bendice a la humanidad.
TODOS: ¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!
- Tú, en la Eucaristía, te has hecho “remedio de inmortalidad”: danos el gusto de una vida plena, que nos ayude a caminar sobre esta tierra como peregrinos seguros y alegres, mirando siempre hacia la meta de la vida sin fin. ¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!
TODOS: ¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!
13. ORACIÓN VOCACIONAL
CRISTO POR LAS VOCACIONES EN GENERAL.
(De San Juan Pablo II Para La XIX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones).
Señor Jesús, Buen Pastor,
que has ofrecido tu vida
para que todos tengamos la vida.
Entrega a esta comunidad de creyentes,
que está dispersa en todo el mundo,
la abundancia de tu vida,
y haznos capaces de testificarla
y comunicarla a otros.
Señor Jesús,
dá la abundancia de tu vida
a todas las personas consagradas a ti
para el servicio de la Iglesia.
Hazlos felices en su donación,
Infatigables en su sacrificio;
y que su ejemplo abra otros corazones
a escuchar y seguir tu llamada.
Señor Jesús,
dona la abundancia de tu vida
a las familias cristianas;
para que sean fervientes en la fe
y en el servicio eclesial,
favoreciendo así la fuente y el desarrollo
de nuevas vocaciones consagradas.
Señor Jesús,
dona la abundancia de tu vida a todas
las personas; particularmente
a los jóvenes que Tú llamas a tu servicio.
Ilumínales en su elección,
ayúdales en las dificultades,
sostenlos en la fidelidad;
hazlos prontos y valientes
en ofrecer su vidas, según tu ejemplo,
para que otros tengan vida.
Amén.
14. BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
15. CANTO:
Cantemos al Amor de los amores. Pista 1 Disco 3
V.: Les diste pan del cielo. (T.P. Aleluya).
R.: Que contiene en sí todo deleite. (T.P. Aleluya).
Oremos:
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R.: Amen.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Angeles y en sus Santos.
Concluida la bendición, el mismo sacerdote que impartió la bendición u otro sacerdote o diácono, reserva el Sacramento en el tabernáculo, y hace genuflexión.
Canto de salida: Cantemos al amor de los amores